> Verso y converso: junio 2016

jueves, 30 de junio de 2016

Evadiendo la misteriosa puerta del olvido (Entrega 1)

(A mis compañeras de estudio en alguna remota clase aburridora)
ALIX
Pequeñuela que muchas veces lloró
así, de repente sus juveniles
problemas, pequeña de ojos de color 
negro, en soñadores, moceriles.

Eras la más pequeña, la que más jugó,
la más pequeña y con menos abriles,
la compañerita que me contó
todos sus problemas, problemas miles.

Eras inquieta, de curioso encanto
y agresiva como una brava avispa
¿por qué será que te recuerdo tanto?

¿Será porque me precedía en la lista
o porque usabas unos grandes zancos 
por zapatos cuando estabas de pinta?
Elsa
Eres hermosa, belleza de ébano, 
nariz respingona, pelos crespos, 
negrita preciosa, ojos de arcano, 
tienes encanto por todo tu cuerpo.

Por ti bien podría amputarse la mano 
cualquier manco que también fuese tuerto, 
para así acariciar— con insano
y lascivo pensamiento— tu cuerpo.

Aunque después maldiga su suerte
—con los ojos llorosos— en vano,
al ver que no pueda mujer poseerte
y ni siquiera en sus manos tenerte
 y desee mil veces la muerte
ya que le falta su par de manos.
Marta
Tu cuerpo esbelto y de una fragilidad
de vistosa y bella mariposa
me causaba grande perplejidad
 todo él, más unas diminutas cosas...
Que adornan tu pecho, como rosas
de la naturaleza, complejidad
de tu anatomía, cosa pasmosa,
tus pequeños senos y su erectilidad.
Te recuerdo por mil detalles, mil,
por tu cuerpo hermoso, por tu bella voz,
por tu inteligencia despierta y precoz.
Por tu cara de diosa, tus labios carmín
y más que todo, cuando me decías adiós 
con tu voz de niña ¡Adiós Pinolín!.
Patricia
Eres hermosa, si señor... ¡si señor!
y es tal tu luciferina belleza
que al mirarte quedo de una pieza
y me da por dentro, no sé qué comezón.
Tu tienes escultural armazón
hecha con trazos de gracia y limpieza. 
Quien te hizo, puso el corazón
al planearte, exquisita princesa.
Tienes un talle -de Venus- torneado
y unos senos redondos, erectos.
Más de uno quisiera estar abrazado
Hipnotizado por tus embelesos
 aunque muriera ahí carbonizado
¡por la eléctrica descarga de tus besos!
Rosario
Ojos enormes de ingenuo mirar, 
adornan tu cara de princesa,
como un regalo de la naturaleza,
para a más de uno poder hechizar.

Tienes el encanto de vampiresa,
con muchas curvas tu cuerpo escultural 
rellenita toda, una linda pieza
—medicina recetada para mi mal—

Allá en el teatro te cortejaba
con mis piropos con mi galantear
pero tu ingenua no me parabas

miente, pues tu malamente pensabas
que un abismo a los dos nos separaba
—y de mis cortejos, una locura más.
Voluptuosidad
Armoniosas curvas sinuosidades
de su hermosa y delicada figura,
se marcan bajo el ceñido traje
de ésta provocativa criatura
De andar grácil, bella entre las beldades.
¿Quién pudiera acariciar las estructuras 
cimbreantes que cubre los encajes
de su traje —fachada de su arquitectura?
Cómo deseo alzarme por las escaleras
torneadas de sus sensuales muslos, 
y llegar a su pubis a la carrera...

Llegar a sus senos, su boca de breva, 
asomarme a sus ojos, ver otros mundos, 
bajar a su pubis ¡Qué ventolera!


Autor; Diógenes Armando Pino Ávila

martes, 28 de junio de 2016

Evadiendo la misteriosa puerta del olvido (Prologo)

Prologo
En un caserón ruinoso de la calle Castelbondo, donde funcionaba La Normal Piloto de Bolívar Nuestra Señora del Carmen de Cartagena, tuve la fortuna de estudiar y graduarme como Maestro de Educación de la básica primaria, ahí escribí algunas de estas composiciones poéticas, motivado por la constante evocación que de mi pueblo hacía, otras los escribí en una pieza alquilada en el aristocrático barrio Manga y otras en una casa salitrosa enclavada en una calle semitugurial llamada Calle del Camarada en el populoso barrio La Esperanza, casi de espaldas a La Popa, donde la cambiante situación económica de la familia me había llevado.
Más tarde en la ciudad de Valledupar, rodeado del bullicio de casi un centenar de niños desadaptados, en la Correccional de menores, donde laboré por primera vez como maestro, continué explorando en el verso y en la prosa —siempre evocando a mi pueblo natal y ahora a Cartagena— utilizando de acuerdo al humor el estilo cáustico y humorístico, de los versos que publico hoy o el estilo de poeta trasnochado de almibarados versos donde destilaba sentimientos de hombre enamorado.