Quise agitar
tus aguas mansas
para navegar
hasta el cansancio
en tus mares
océanos
y luego
refugiarme
Logré
sumergirme
y explorar
tus tibias
profundidades,
para jugar
al buzo de pesca
en tu coral
embrujado
y capturar
las caracolas doradas
que emiten
el eco de tus ansias,
tus suaves
murmullos,
y tus tenues
gemidos.
Pude romper
tus olas,
para navegar
en tus mares,
y descubrir
las islas
donde
escondes tus tesoros,
y alcancé a
saborear
la sal
húmeda de tus espumas,
alcancé a
pastorear el cardumen
vivaz de tus
sonrisas,
y perseguir
encantado
los
pececillos esquivos de tus besos.
Me propuse
un día,
atracar en
tu puerto,
para poner
en orden
la bitácora
de mi vida
y restañar mis heridas,
y renovar mi
estropeado velamen,
para luego
hacerme a la
mar de nuevo
¡y no pude!
Tiempo
después,
Quise levar
anclas
y abandonar
tu puerto
En busca de
mares remotos,
¡No pude!
Desde
entonces, navego a la deriva
Buscando tus
orillas
Sin
encontrar el norte
Que me saque
de este mar calamitoso
Que me
mantiene a la deriva
y a punto
del naufragio.
Diógenes Armando Pino Ávila
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