> Verso y converso: Primero de enero.

lunes, 2 de enero de 2017

Primero de enero.

Mi pueblo sacude parsimonioso la pereza que el año viejo
al saludarse con el nuevo año les dejó,
y ahogados en la modorra soporífera del alcohol
duda entre levantarse o seguir durmiendo.

El sol calienta.
El sudor entre sábanas ofende el olfato,
el pueblo medio borracho bosteza,
se estira, se frota los ojos
tratando de ver la otra realidad,
la de sus sueños.


Nada ha cambiado,
sigue la misma rutina de falta de trabajo
o el trabajo que no gusta.
Los mismos políticos maestros del engaño.
Los mismos pastores acomodando la palabra de Dios
a sus mezquinos intereses personales.
Los mismos mandatarios saqueando con cinismo el erario.

El mismo méndigo de la esquina
pidiendo las mismas monedas devaluadas.
El mismo párroco criticando desde el púlpito.
El mismo acueducto con agua contaminada.
Los mismos burócratas aferrados al poder,
 Y los mismos lacayos defendiendo al que está en el poder.
El mismo borracho para el que todo el año es Nochebuena.
El mismo agiotista que chupa sangre de tu escuálido salario.

Está tu mujer con los mismos reparos
Y la misma cantaleta,
están tus hijos que nada saben de la dura vida.
Tu vecina que hace tiras de tus defectos.
El tendero con cara de pocos amigos
que no te fía porque el año apenas comienza.
Está la vida, lánguida siguiendo el mismo camino de otros años.

Estás tú, derrotado con tus sueños del pasado,
Con la templanza inicial de ahora sí
Cambiaré ese rumbo equivocado.
¡La misma vaina, nada ha cambiado,
Levántate y cambia tú!


Diógenes Armando Pino Ávila

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