Hay días que mi corazón te anuncia
y hasta tarde te espero
con la lámpara de la
esperanza encendida
Y las puertas de mi amor
En la inquietud de mi vigilia
te presiento
etérea,
errabunda en las corrientes
de la pasión,
sin encontrar el camino real
que te conduzca ilesa al
puerto de mi amor.
Sabes?
Tengo una rosa de los vientos
con la que ubico las
coordenadas de mi vida
y una brújula infalible
que te marcará por siempre
el norte de mi amor.
Por eso desde esta roca
inamovible
que son mis sentimientos,
te espero hasta que me encuentres,
pues mi amor vive encallado
en el arrecife encantado
de mi timidez.
Diógenes Armando Pino Ávila
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